
Hay un relato bíblico que me llama la atención en relación con este tema. Me refiero al altercado sufrido entre el Apóstol Pablo y su compañero de misiones, Bernabé. (continuar leyendo)
"Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!" Gálatas 4:6
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